Es posible que en más de una ocasión te haya costado facilitar una reunión retrospectiva en la que la parte crítica surge dirigida al exterior. En este post te cuento como tener la paciencia suficiente para que tus equipos aprendan por si solos a que esto no suceda. Ayúdales a mejorar su autocrítica.
Después de pasar por varios equipos, me he dado cuenta de que a veces, como sus entrenadores que somos, queremos que las mejoras sucedan rápido. Lo queremos así porque somos conscientes del buen resultado que les espera, pero la mayoría de las veces no sabemos tener la paciencia suficiente para esperar a que cierta madurez de los equipos llegue por sí sola. Me refiero a la madurez de la autocrítica.

Al principio me inquietaba, incluso me molestaba que los equipos no fueran lo suficientemente auto-críticos cuando realizaban cualquier tipo de actividad en la que era importante mirarse al espejo . Cualquier retrospectiva puede ser un claro ejemplo, ya que suele ser el clásico evento en el que se confunde la parte de «qué cambiaríamos de lo que hemos hecho este Sprint para hacerlo mejor» con «qué me ha molestado este Sprint».
Esto da pie a que los miembros del equipo tiendan a criticar o sentir inquietud por cualquier agente externo, y saquen acciones relacionadas en levantar la mano para «quejarse» de cosas que nos afectan. Creo que estamos todos de acuerdo de que esto puede suceder de vez en cuando, pero no debería ser la norma. Incluso cuando sucede, las acciones deberían ser una respuesta por nuestra parte para evitar que se repita lo que no nos ha gustado, no sólo alzar la voz para que quede constancia.
¿Cómo puede afectar la falta de autocrítica en un equipo?
La falta de autocrítica puede llevar a una baja calidad en los resultados, menor capacidad de adaptación y crecimiento, y un ambiente de trabajo donde prevalece la complacencia o el conflicto no resuelto. Estas podrían ser algunas consecuencias:
Estancamiento en el aprendizaje y crecimiento
Si el equipo no se cuestiona sus propias decisiones, no identifica errores ni evalúa sus resultados, es poco probable que mejore sus procesos. La falta de autocrítica impide que el equipo aprenda de sus fallos y refine sus estrategias, lo que lleva a la repetición de los mismos errores.
Conflictos internos o externos no resueltos
Si los miembros del equipo no practican la autocrítica, es probable que también eviten la crítica constructiva entre ellos, o que lo hagan de manera poco saludable. Esto puede generar resentimiento y conflictos latentes que, al no ser abordados adecuadamente, pueden afectar la cohesión y el ambiente laboral.
Falta de reponsabilidad personal y colectiva
La autocrítica es una herramienta clave para fomentar la responsabilidad. Cuando no hay una cultura de autoevaluación, los errores o fracasos pueden atribuirse a factores externos. Esto evita que los miembros del equipo asuman su parte de responsabilidad y busquen mejorar en futuras tareas.
Estancamiento en la innovación
La innovación requiere que las personas evalúen constantemente sus propios métodos y enfoques para encontrar nuevas y mejores maneras de hacer las cosas. Sin autocrítica, el equipo puede quedarse atrapado en la complacencia y en una zona de confort, limitando la creatividad y la generación de nuevas ideas.
¿Cuáles son los inconvenientes de procurar que practiquen la autocrítica?
Una de nuestras funciones en el equipo es procurar que esto no suceda. De este modo el equipo se volverá totalmente proactivo en solucionar sus propias inquietudes. El problema es que nos encontramos con varios problemas cuando intentamos que esto se incorpore en su rutina:
- Que el equipo considere que somos muy duros con ellos al querer hacer que cualquier acción tomada siempre les tenga a ellos como «solucionadores»
- Que el equipo sienta que sus inquietudes se interpreten como quejas, y que no sean válidas porque les restamos importancia.
- Que el equipo sienta que le damos la vuelta a la tortilla y vamos en su contra.
Soluciones si te encuentras en esta situación
- Procura no criticar todas las acciones de este tipo si aparece más de una en la misma sesión
- No intentes mejorar este tipo de acciones sólo en el propio evento en el que aparecen. Crea un entorno de confianza en el que puedas hablar de este cambio de visión también a nivel individual. Siempre hay perfiles en el equipo que te van a entender antes que otros, y esto podrían ayudarte a evangelizar este valor.
- Defiende al equipo en sus preocupaciones. Postúlate de vez en cuando como propietario/a de una de esas acciones para resolverla tú mismo/a.
- Aprovecha la oportunidad cuando haya nuevas incorporaciones en el equipo, para tener en cuenta el hecho de cubrir actitudes como la humildad y la empatía. Esto no significa que los miembros actuales no las tengan, sino que ayudará a que surja con más facilidad.
- No pierdas nunca la oportunidad de preguntar «¿Qué podríamos haber hecho nosotros?». De esta manera llegará a ser una pregunta normal en el día a día del equipo. Además dejará de relacionarse en sacar buenas acciones únicamente en los eventos. Con el tiempo verás que alguien la usará antes que tú 🙂
La clave es tener paciencia y ser todo lo insistentes que podamos a un ritmo en el que veamos que no incomoda al equipo. Además, ya no es sólo una cuestión de mejora en el ambiente laboral, incluso en nuestro entorno más personal. Hay que ser conscientes de que frente a cualquier disruptiva, nosotros mismos podemos hacer algo al respecto para que no vuelva a suceder. O suceda con menos impacto.
¿Se te ocurre alguna otra idea que compartir para sumar a los cinco puntos que te he propuesto? Añade un comentario al post y nos ayudarás en nuestro día a día.
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