La necesidad del Scrum Master en el equipo

¿Necesita el equipo a un Scrum Master?

La reflexión

Cuestionarse la necesidad del Scrum Master en el equipo es importante. Sobretodo para nosotros mismos, los propios SM, porque a partir de ese punto conoceremos todo lo que nos queda por hacer.

Quizá al principio de la creación de los equipos es muy evidente que nuestra figura es imprescindible. Para encaminar a los demás roles e incluso a nosotros mismos porque ya sabemos que cada equipo es un mundo.

En equipos muy maduros podríamos pensar que el SM tiende a desaparecer, aunque personalmente no estoy muy de acuerdo de la desaparición total. Pienso que está bien ser ese punto de apoyo o referente que el equipo pueda necesitar ni que sea a demanda.

Pero ¿qué pasa cuando ya te encuentras en un equipo, que maduro o no, ves que no tiene mucha más ansia de mejora? ¿Qué estamos haciendo mal como Scrum Masters? ¿Cómo les animas a seguir luchando en ese reto de mejora continua?

El caso concreto

Una vez llegué a pensar que el equipo en el que estaba no me necesitaba, y quise hacer la prueba. El equipo tenía un rendimiento del 70% en los sprints, es decir, de todo lo que cogían, acababan realizando el 70%, pero no se les veía ninguna intención de encontrar una mejora. Es más, se les veía cómodos y contentos. Como SM, yo veía donde podían mejorar, pero una de las primeras cosas que aprendí como tal es que si el equipo no tiene la iniciativa para hacerlo no les puedes obligar. Más que nada porque no lo verán como un mérito suyo y no lo valorarán. Se dice que para que las personas aprendamos tenemos que caernos y sabernos levantar. Para mi, en este caso el Scrum Master es el que pretende poner un colchón bajo la caída del equipo y luego ayudarles a levantarse.

El desarrollo

Aproveché una retrospectiva para plantear la siguiente situación, desde cero, sin explicaciones previas:


Imaginaros un/a alumno/a con una nota media de 7, y otro/a con una nota media de 10. Sacar una nota media de 7 no es ni bueno ni malo. Evidentemente se puede mejorar, pero todo depende de cómo se sienta uno mismo. De hecho esa persona puede sentirse hasta de cuatro formas diferentes en función de dos orígenes de sentimientos; su propio trabajo y la ayuda externa que pueda recibir (clases de repaso).

  • Primera opción. Puede estar muy contento con él/ella mismo/a porque pone todo de su parte y le parece suficiente, pero puede no estar contento/a con las clases de repaso que recibe para llegar a esa nota. 🙂 🙁 
  • Segunda opción. La más triste, sería no sentirse a gusto consigo mismo/a porque sabe que no lo está dando todo, y además considera que las clases de repaso no son satisfactorias, no cumplen con su objetivo. 🙁 🙁 
  • Tercera opción. Sería la felicidad en todos los sentidos. Se siente bien consigo mismo/a y se siente satisfecho por las clases que está recibiendo. Le parece que esa nota media es justa y suficiente para él/ella. 🙂 🙂
  • Cuarta opión: La que no se siente a gusto consigo mismo/a porque sabe que no lo está dando todo, aunque su profesor de repaso le parece que está haciendo un gran trabajo y le ayuda muchísimo. 🙁 🙂

Si vosotros como equipo fuerais ese/a alumno/a primero, ¿con cuál de las cuatro opciones os sentiríais más a gusto?


Supongo que a este punto todos os habéis dado cuenta de la comparación…lo doy por hecho.

Hice que cada uno de los miembros del equipo contestara de forma anónima en un papel. Luego los recogí y conté el resultado. Si queréis os digo que me sorprendí, pero no fue así. La respuesta global fue el tercer punto. En general el equipo se sentía feliz con sus resultados, se sentían a gusto con su aporte y con mi ayuda.

Actividades previstas en cada caso que hubiera surgido

  • Primera solución: teníamos que buscar soluciones para mejorar mi rol y mi relación con ellos.
  • Segunda solución: el equipo de desarrollo tenía que buscar soluciones para un mayor compromiso, y además, teníamos que buscar soluciones para mejorar mi rol y mi relación con ellos.
  • Tercera solución: ¿qué soluciones íbamos a buscar? todo estaba bien, tan bien, que quizá ni siquiera me necesitaban, porque ¿qué consideraban que era mi ayuda como Scrum Master?
  • Cuarta solución: el equipo de desarrollo tenía que buscar soluciones para un mayor compromiso.
Recomendación: Hice este ejercicio con el equipo yo misma, pero si tuviera que repetirlo pediría a otro Scrum Master o a un Agile Coach que lo hiciera por mí. El motivo es que no acabo de tener claro que contestaran con toda sinceridad sobre algo que me involucraba a mí misma. Está claro que eso depende de la confianza que haya y de la madurez del equipo.

El desenlace

Entonces, ¿qué hacer con esa tercera opción? Estaban contentos con ellos mismos y conmigo, pero ¿sabían realmente si yo estaba sacando todo mi potencial y podía hacer más por el equipo?

Con ese razonamiento me dispuse a preguntarles qué consideraban que aportaba yo al equipo y que me dijeran en qué podía ayudarles. Cuando vi sus respuestas me di cuenta que realmente no conocían demasiado bien cuál era mi función. No podía basarse solamente en desbloquear impedimentos y hacer que se mantuviera la cultura ágil. Y menos aún procurar las subidas de sueldo o el tele-trabajo.

De ahí que empecé a pensar que debía realizar alguna actividad para que conocieran más mi propio rol. Incluso yo misma, aprender todo aquello que se podía esperar de mí. Para todo esto adapté un taller de Barry Overeem que se realizó en la CAS 2017 junto con una publicación que ampliaba dicho ejercicio con un feedback. La verdad es que llegó todo en el momento justo y lo aproveché. Pero esto os lo contaré en otra publicación para no aburriros tanto 😛 . El objetivo de ésta era haceros reflexionar si os encontráis en ese punto y de ser así, daros una idea para investigar la causa. Asi que, «to be continued…»

Espero que os sirva de ayuda, y ya sabéis que cualquier comentario es bienvenido.

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